¿Dónde está tu fe?

Llegas a la oficina de la lotería y, al cruzar la puerta, te encuentras con el delegado de rifas, juegos y espectáculos, te saluda por tu nombre con una sonrisa ("zalamera", piensas. Igual le vas a dar unos 100 dólares porque tú eres así), y te dice que para entregarte el premio que ganaste, solo tienes que firmar en un papel sobre el escritorio. Tomas el bolígrafo para hacerlo y de repente empiezas a escuchar el viento con un sonido suave, pajaritos que cantan con dulzura y un piano que marca algunas notas con delicadeza. En algún lado un celular vibra.
—Cómo han cambiado las alarmas, ¿no? Antes eran estruendosas y ahora la mayoría ofrecen despertarte con suavidad —te dice sonriente el delegado.
—¿Las alarmas? —dices, mientras mueves tu cabeza buscando el móvil que vibra, pero no lo encuentras, entonces abres los ojos. Está sobre la mesita, al lado de tu cama, el día empieza. La aplicación del celular te pregunta si quieres dejarlo para dentro de 10 minutos, pero si no empiezas a orar ya, no tendrás el tiempo suficiente durante el día. Le das a la equis, desplegas el menú superior lleno de notificaciones y abres el chat de tu jefe: que por favor no olvides tal tarea importante. «Cuenta con eso, hoy lo tienes», le respondes. El chat de la familia tiene dos videos de humor de los primos que son o se creen chistosos y un Piolín de: "Buenos días. No olvides que Dios le da sus peores batallas a sus mejores guerreros, Dios te bendiga" de una tía. Vas a dejar el celular de lado, pero ves que hay una notificación de Facebook: Pepe Pepito ha hecho una publicación. Das tap y te muestra una imagen que está relacionada con una opinión política… No quieres saber más de eso, pero la abres. Estás pasando de un sueño a una pesadilla en cuestión de segundos.
¿Cómo te sentiste con los resultados de las elecciones? Yo me sentí triste en las primeras horas, tengo que admitirlo, pero hay algunos que están muy felices. Al día siguiente varios amigos de la red social que más uso me escribieron para preguntarme cómo estaba y, como Jesús viene enseñándome algo desde el principio del año, les respondí con la verdad: Bien. Pero enseguida me respondían con algo que en los dos casos me dejó preocupado, especialmente en el caso de los que eran creyentes: unos estaban muy tristes y desesperanzados, los otros estaban muy felices.

La preocupante tristeza

Abres la publicación de Pepe Pepito y resulta que está diciendo que hemos caído en el más hondo de los abismos, que ya no hay nada que hacer, que todo es culpa de los que no fueron juiciosos a votar y que quién sabe qué amargo destino nos espera. Piensas que tiene razón y te preguntas si lo hiciste bien. Si supiste hacer campaña, si fuiste lo suficientemente intenso, si no debiste cerrar las redes agotado por la violencia de la campaña, si tal vez fuiste demasiado violento. Yo lo fui, lo confieso, ora por mí, ese fue mi pecado y el de muchos en esta campaña. Nos vimos en la situación de enfrentarnos a la más sucia de las campañas que la historia que Colombia haya vivido. Habían tantas mentiras en el ambiente (de un lado más que del otro, hay que aceptarlo), que la violencia fue una respuesta natural (no aceptable en cualquier caso) y todos quedamos agotadísimos emocionalmente con tantas ideas preocupantes que nos sembraron. Algunas de las preocupaciones son muy reales, yo lo entiendo, pero lo que nos debería generar más incógnitas no es eso sino en qué tenemos puesta nuestra confianza. ¿En dónde está puesta? ¿Lo tienes claro? Mi mensaje para ti de parte del Señor está en el Evangelio de Marcos:
Y luego el Espíritu le impulsó al desierto. Y estuvo allí en el desierto cuarenta días, y era tentado por Satanás, y estaba con las fieras; y los ángeles le servían. (Mc. 1:12-13).
Las negrillas son mías. Estudiando este evangelio recientemente descubrí que algunos estudiosos consideran que ese es un guiño de Marcos a los cristianos que están sufriendo persecución, a los que están siendo entregados para el circo, a enfrentarse con las fieras. Recuerda que Marcos se escribe, por lo menos, 35 años después de la muerte de Jesús. Muchos cristianos han muerto ya y los otros están atemorizados, con la tentación de renegar de su fe para salvar sus vidas. Algunos estudiosos de la Biblia dicen que Marcos les está diciendo con este texto: “aunque estuvieras entre las fieras, los ángeles te estarán sirviendo, mantente firme y no caigas en la tentación de renegar del Señor”. Lo que te quiero decir es esto: Jesús sigue siendo el Señor, Él sigue estando al tanto de cada detalle de tu vida, Él seguirá guardándote, la política no es lo que define tu identidad ni tu futuro, ¿por qué la desesperanza? ¿No es cierto que el Señor sigue siendo Señor y que está sentado en su trono? ¿Ves un futuro negro? Pues habla de eso con tu Señor y escucha sus indicaciones, ningún político te rescataría de eso, a nuestros hermanos en la primera iglesia los perseguían por mantenerse firmes en sus principios frente a políticos que les exigían llamar señor exclusivamente al César. Pero aún frente a la muerte se mantuvieron gozosos en decir: «Jesús es el Señor».
Foto de Daniel Gutko en Unsplash

La preocupante alegría

Ves los comentarios de la publicación de Pepe Pepito y lees a Juancho Carrancho decir que por fin todo cambiará para bien, y si piensas que eso no tiene sentido, quiero que sepas que estoy totalmente de acuerdo contigo: los cambios no vienen de políticos. Recientemente tuve una discusión con alguien que se molestó porque le dije que Dios tenía su corazón abierto a manifestar amor a los de la otra orilla política, a los que no estaban de acuerdo con esta persona y conmigo. Me dejó de seguir, me dijo que manipulaba la Biblia para promover de manera velada al otro candidato y se salió de un grupo de oración virtual que tengo. Él estaba convencido de que los cambios vienen de las convicciones políticas, igual que muchos de los que votaron por quien él no quería ver en el poder. Yo no. Los cambios vienen de la instauración del Reino de Dios, de que cada hombre tenga al Rey en su corazón y por la acción del Espíritu se vaya transformando, de que la iglesia sea la iglesia y traiga el Reino de Dios a la tierra. Lo primero que dice Marcos en su evangelio es esto:
Principio del evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios (Mc. 1:1)
El término “evangelio”, en la época en que Marcos lo utilizó, hacía referencia a una buena noticia que, generalmente, se relacionaba con política: una conquista de un general, una victoria militar, el nacimiento del hijo del César… Pero eso no es todo, el término Cristo es el que se usa en griego para referirse al mesías, el rey escogido por Dios. ¿Estás feliz porque por fin todo va a cambiar? Bueno… Es hora de que te preguntes si de verdad crees en las enseñanzas de Jesús, si tu esperanza está más en la política que en la acción de Dios, tal vez algo esté mal en tu teología.
Foto de Jon Tyson en Unsplash
Piensas en responderle a Pepe Pepito o a Juancho Carrancho, pero ya se te fue la mitad del tiempo de tu oración... Mejor detente y ponte a orar: eso te va a transformar y, con el paso del tiempo, al ambiente que te rodea. Eso es seguro. Por cierto, si me ves por ahí haciendo comentarios políticos feos, ponme este emoji: 5020202020Recent

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