Steven y René Springer: agentes del Reino

Los ojos del pequeño se cerraron y la esperanza desapareció. El corazón, el corazoncito (mejor), del bebé, había dejado de latir y el dolor empezaba a reclamar un lugar, la muerte de los hijos, inevitablemente desgarra el corazón del padre. Hay que ser un padre para comprenderlo mejor y para intentar incluso lo desesperado, para buscar la solución a lo que el mundo siempre ha dicho que no la tiene. Steven Springer es papá y algo en sus entrañas resonó con las de los padres que creían haber perdido a su hijo para siempre, así que oró.
La historia de Jesús tiene algunas situaciones similares: están, por ejemplo, la hermanas de Lázaro que, de repente, perdieron al que las cobijaba y sustentaba; está también la niña a la que Jesús le dijo en la ternura de su lengua materna, el arameo, que se levantara; y está también mi favorita: la historia de la viuda de Naín cuando perdió a su hijo. La cosa fue que Jesús vio el cortejo fúnebre y, sin que nadie se lo pidiera, se acercó al lugar y haciéndose un espacio, le ordenó que se levantara. "¿Quién te llamó, Jesús?", podría alguno preguntarle y quizá, Jesús le respondiera: "Mis entrañas", quien entienda lo que Él quiso decir cuando afirmó que Él y El Padre son uno, entiende lo que le estoy diciendo, Dios se conmovió cuando los padres perdían a sus hijos, porque en su eterno presente había contemplado ese mismo sufrimiento. Así que tiene mucho sentido pensar que fue por eso que, cuando Steven oró, el bebé resucitó.
Es así como se implanta el Reino. Alguno dirá que no siempre los hijos resucitan y que no todo son milagros, y tengo que decirle que estoy de acuerdo. Por eso Steven y su esposa René se expanden a cuanto campo pueden: si se trata de devolverle la confianza a las mujeres en su feminidad, de sustentar económicamente comunidades en África o de auxiliar a alguna en necesidad en Honduras, si se trata de simplemente predicar sobre el amor incomprensible de Dios o de promover ambientes de adoración, allí van a estar. Pero de Jesús se aprendió que hay que poner la mano sobre el tumor de la enferma en África, como Él hizo con el leproso; de traer una palabra profética a una persona como Él hizo con la samaritana o de orar por un paralítico para que se levante, y la pareja Springer también va a estar dispuesta a hacerlo.
Ellos y Jason Upton son nuestros invitados al Pneumadelic Fest y tenemos la certeza de que, a través de ellos, Dios tiene algo poderoso para ti. Te esperamos.

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