Católicos avivados

La música suena de fondo y yo sé que la presencia de Dios está ahí. Estoy bañado en lágrimas mientras que el ministerio Escuela de Alabanza canta: Quiero sumergirme en la grandeza del Espíritu de Dios y descubrir sus riquezas en mi corazón, algo está pasando dentro de mi corazón y una desesperación me arde por dentro. El hombre que dirige, un predicador católico, dice que oremos los unos por los otros. De la silla de atrás se me acercan dos mujeres de más de cincuenta años y en lugar de poner sus manos sobre mí, me dan una botella de agua. La bebo. Al ver que la termino, me dan otra, también con la indicación de que me la tome toda.
—¿Puede tomar más? —me pregunta la hermana.
—Sí.
Entonces me da otra botella y una más, hasta que ya no les quedan. Cuando se acaban, me dice:
—¿Todavía puede tomar más?
—Sí, sí puedo —le vuelvo a responder, aunque no puedo creerlo ni que aparentemente tenga sed aún.
Espíritu, Espíritu, Espíritu Santo de Dios, suena de fondo, ven a controlar todo mi ser, ven a dirigir mi vivir… 
—Pues así va a ser la sed del Espíritu Santo en su vida —me dice la hermana—. Una sed insaciable que siempre será saciada —y entonces imponen sus manos sobre mí y empiezan a orar en lenguas.
Se me eriza la piel al recordarlo, las lágrimas me recorren de nuevo la cara, lo siento a Él como una brisa suave que me rodea, paseando por mi cuerpo, atravesando mi piel, recorriendo mis venas... Esa fue la primera vez que viví un acto profético, aunque ninguno de los participantes sabíamos que a eso se le llamaba acto profético, ellas solo estaban siguiendo las indicaciones que el Señor les daba durante la oración.
También fue de un sacerdote católico que escuché por primera vez una palabra de ciencia que acompañaba un milagro: “Por este sector hay un hombre que está enfermo de cáncer, el Señor te está sanando…”, el padre Darío Betancur, apacible, tranquilo, pero llevado del Espíritu cuando predicaba, con su resplandeciente cleriman como si fuera el centro de su impecable traje negro, el único toque blanco junto a sus canas; un hombre de Dios que fue sano por el Espíritu Santo cuando un grupo de señoras de la Renovación Católica Carismática oró por él, en el hospital, cuando creía que era el final de su vida por una enfermedad en etapa terminal. Dios lo sanó y entonces él también se volvió carismático. Y tengo muchas historias más de la corriente de Dios en la que nací en Cristo dentro de la iglesia católica: La renovación carismática.

En el siguiente video, el padre Emiliano Tardif cuenta cómo fue sanado por Dios por la oración y cómo eso cambió su vida:

¿El Espíritu Santo entre los católicos?

¡Por supuesto! Algunos hermanos se paran muy orgullosos en una especie de superioridad espiritual y con atrevimiento incluso llegan a decir en dónde se puede mover Él: “Entre bautistas, católicos y los que no sean de este corral, es imposible”, se les nota decir con la cara altiva. El Espíritu de Dios se ríe (así me lo imagino), y les pregunta si es un reto: “¿Vienes conmigo para ver si puedo o no?”, y la invitación no es solo para que vean, sino para que sean tocados también por Su poder.
El padre Diego Jaramillo me contó cómo fue que se desató esa locura en el seminario de los eudistas cerca de los años setenta, el seminario se llenó de grupos de oración y gente orando en lenguas. Alfredo Fonseca, un ministro presbiteriano, padre espiritual de los pastores de la iglesia La Casa me contó cómo fue la primera cruzada de milagros a la que él asistió, acompañando a un predicador católico, y donde aprendió a orar por los enfermos; y el pastor Edgardo Peña también nos ha compartido una cantidad de historias de reuniones carismáticas en las que vio el poder de Dios manifestarse... Pero eso no nos cuenta solo sus experiencias sino que nos habla del impacto de esta corriente espiritual al interior de la iglesia católica en su época que fue hasta mucho más allá de las paredes de los templos católicos. La experiencia carismática se difundió en Colombia y luego en Latinoamérica, a través de las vidas de hombres y mujeres católicos que fueron tocados poderosamente por el Espíritu Santo y cuya experiencia no quedó encerrada en su convicción de fe, sino que se difundió: dones, milagros, sanidades, liberaciones, salvaciones por cantidades... Un mover poderoso de Dios.

Un avivamiento entre católicos

“Y si era tan poderoso el mover, ¿por qué se fue de la iglesia católica?”. Esa es una buena pregunta si has llegado hasta acá. La respuesta pasa por convicciones doctrinales, pero sobre todo por sentir que la Vida que me había conquistado ya no se sentía tan viva. En la iglesia La Casa, en donde nace el Movimiento Sobredosis, somos muchos los que encontramos la vida de Jesús en el seno de la Renovación Carismática Católica. Mis amigos Alexandra y Pacho (que ahora son Origen Music) o mi comadre Sandra y su familia, vienen de allá; los pastores de la iglesia: Edgardo, Gabriel, Edgar y MaGi, también; incluso hace poco me alegró mucho encontrarme con Nico, un joven que conocí en un grupo de oración, en donde ya ejercía el ministerio de la danza, con él pudimos hablar de experiencias muy similares que vivimos por separado en la Renovación Carismática Católica y de los motivos de salida e incluso noté que hace lo que yo también hago a menudo:
Sí, permanezco orando, mis papás son católicos, mi oración es por avivamiento en la iglesia católica, que los lleve a la verdad de Jesús, que sea reemplazado el espíritu de religión por el Espíritu Santo que trae libertad, que las personas que han entregado su vida a Jesús como sacerdotes y monjas puedan tener vidas sobrenaturales llenas de poder y pureza, que muchas familias puedan conocer a Jesús a través de ellos.
En la perspectiva profética 2023, un tiempo de oración que solemos hacer en el Movimiento Sobredosis para buscar la voz del Señor acerca del siguiente año, el pastor Edgardo volvió a mencionar algo que ya venía diciendo: un movimiento muy fuerte entre católicos, como el que se dio en los inicios de la Renovación Carismática Católica en los años setenta y, al escucharlo, sentí que Jesús responde las oraciones que Nico y yo levantamos por nuestros hermanos en la iglesia católica. ¿Empiezas a sentir cómo Dios te llama, dentro de tu corazón, para hacer lo mismo? Yo sé que muchos, mientras lean este texto, lo van a experimentar.

Una iglesia que transformó a la iglesia

Tengo que meterme por caminos sinuosos. Todavía me queda mucho por escribir acerca de esto y espero algún día poder compartirles esos textos, pero alguien tiene que decir que el movimiento carismático en Latinoamérica en la iglesia cristiana, encontró su baluarte en los grupos católicos carismáticos que surgieron en Colombia. Alguien tiene que reconocer que mientras muchos llamaban a la iglesia católica “La gran ramera”, en su vientre se reproducía la vida del Espíritu que luego se distribuiría a muchas iglesias de diferentes denominaciones. Buen testimonio de eso daría, por ejemplo, el pastor Samuel Ballesteros, de la iglesia bautista de Chula vista, California, quien aprendería la experiencia carismática de la mano del padre Rafael García Herreros y sin ir tan lejos, muchas comunidades que han recibido esta experiencia a través de los miembros que se han unido a ellas.
Son muchos años en los que a los católicos se les ha tratado como si no fueran cristianos y se les ha dado un trato despectivo, como si no fuera una verdad que siguen siendo cristianos, que del seno de esta iglesia es que vienen las denominaciones que nacieron en la reforma, que fueron los únicos representantes del cristianismo en la Edad Media, o que, sencillamente, es un cuerpo de creyentes que busca con toda sinceridad a Jesús, vivir para Él.
El padre Raniero Cantalamessa, su cargo es predicador de la santa sede, un predicador carismático
¿Tienen sus pecados? ¡Pero por supuesto! Las iglesias, todas, están compuestas de personas, y adivina qué: las personas pecan. ¿Queremos hacer un comparativo? Ese ejercicio sería bien interesante, ¿no? De pronto y nos demos cuenta de que la idolatría no tiene que ver solamente con imágenes o cuántos pecados compartimos aunque pareciera que no. Pero, ¿tú dejarías de orar por alguien solo porque lo consideras muy pecador? ¿No es cierto que es precisamente lo contrario lo que deberías hacer: orar mucho más? Bueno... eso es lo que yo le he entendido a La Biblia.
¿Quiero yo que, leyendo este texto, te vuelvas católico? No. ¿Está pasando con Sobredosis lo mismo que pasó con ciertos apologistas protestantes que terminaron en las toldas de la iglesia católica? Menos. Pero es una verdad que hace muchos años una multitud vibrante de gente que recibió la salvación dentro de la iglesia católica trajo un avivamiento al continente y que así anuncia el Señor un mover nuevo, más en el presente que en el futuro. ¿En serio piensas perdértelo? Si el Señor te llama, así sea a orar, ¿no lo harías?

¿Qué debería hacer yo?

No perdértelo. En los años setenta la sociedad estaba convulsionada de ideologías y de emociones, si había una época que parecía perderse entre sus sentidos y las ideas del Enemigo, era esa. ¿Y qué hizo el Señor? Se levantó movimientos: el Jesus Movement en los Estados Unidos, que trajo un gran avivamiento a la iglesia en ese país; los cristianos de Las Catacumbas en Puerto Rico, que se reunían en lugares públicos para hablar del nombre de Jesús, trayendo un poderoso mover de salvación que se difundió por Centroamérica y para el sur de América, la Renovación Católica Carismática, que nació de Colombia.
Los pastores de La Casa nacieron a Cristo en la Renovación Católica
Cuando lo terminen de leer, si es que llegaron hasta acá, si les da la intención de llamar ecuménico a alguien, háganlo conmigo y no con el Movimiento Sobredosis. Yo sí sé lo que significa esa palabra (de verdad) y no me ofende ni me molesta. Además, sé muy bien por qué estoy en una iglesia cristiana protestante y no en el catolicismo. Pero si lo que pasa es que su corazón se aviva, entonces empiecen a orar por la iglesia católica, háblenle de Jesús a sus familiares, pidan que el Espíritu Santo los sacuda nuevamente con un pentecostés. Vean que gracias a unos católicos comprometidos con Jesús es que yo conocí al que despertó en mí una sed de Dios insaciable y que solo Él sacia, hasta hoy.
En los lugares en los que la iglesia es agresivamente perseguida, los hermanos no se andan preguntando el uno al otro cuál es su denominación y qué doctrinas son las que siguen. Simplemente, si uno es cristiano y vio que otro cristiano, de la denominación que sea, pasa hambre o necesidad, lo ayuda: le da pan, amistad, una oración... solo se une a su hermano. Esta época nos va a exigir eso, unidad, atención al mover del Espíritu, y tenemos que estar preparados. Que el fuego del Señor venga.

Escucha la palabra a partir del minuto 1:04:15 en el video a continuación:

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